sábado, 12 de julio de 2014

ANÁLISIS DEL CUENTO CAPERUCITO AZUL.

 Con este análisis literario se pretende dar a conocer, sobre la obra maestra de la literatura infantil y juvenil escrita por Hernán Rodríguez Castelo, y hacer un reconocimiento a la maestra imaginación deslumbrante, ha plasmado en su obra “Caperucito Azul”, el amor y la belleza que encierra éste  cuento, por los que amerita que niños y jóvenes que lean ,conozcan y valoren al autor  y a su obra como la más importante de los escritores de la literatura infantil que tiene nuestro país en los últimos tiempos,
     El cuento “Caperucito Azul”, se adentra en una aventura, en la cual nos llevara a disfrutar la compañía de personajes del presente y del pasado.
     Experto por su sapiencia, Hernán Rodríguez escribe un mundo imaginario, fascinante en un escenario irreal que solo puede existir en los sueños y la imaginación. El maestro expresa su prosa con inigualable belleza y estilo muy peculiar, rico en comparaciones, sonoridad musical y directo en el mensaje.
     En este cuento se encontró símil o comparaciones, en algunos párrafos pero  se  hace evidente  solamente en la siguiente cita:
 Ahora con el reloj en la torre (la torre de la iglesia de nuestra ciudad parecía un  monje con       capuchón alto y agudo, y la esfera amarillenta del reloj brillaba en la noche, allá arriba como un ojo), con la luz eléctrica, casi no se le debía llamar sereno. (Rodríguez, 2007, p.6)
     También hace uso del recurso onomatopéyico, es muy frecuente  en la prosa de Castelo, lo cual evidenciaremos en las siguientes  citas: “Entonces oyeron por la calle los inconfundibles pasos…tac…tac…tac…” (Rodríguez, 2007, p. 8). -Oye ¿Sabes tú  si los lobos hablan?-Claro que si ¡Guau…guau…guau¡ Respondió el guardia ; se rió … (Rodríguez, 2007, p.10).
     Esto se ha tomado como ejemplo ya que el cuento es muy rico en esta figura literaria. Ya que el autor hace notar la sonoridad musical y juego lingüístico como un imán para atraer la atención de los niños y lectores en general. Lo cual produce una excelente sonoridad en el momento de ser vocalizado el cuento.
     También es evidente el uso de despectivos y diminutivos a lo largo de su obra, provoca expresiones de ternura y a la vez de humor. Se citará algunos ejemplos de diminutivos: “Pero, pasa, siempre  podrás sentarte, aunque sea un minutillo” (Rodríguez, 2007, p. 10). “Uno de ellos, el más viejo decía con un hilillo de voz cuando se detenía para respirar amenazaba romperse” (Rodríguez, 2007, p.18). Hernán juega con el lenguaje: minutillo, hilillo, chavalillo, puertecilla; que provocan el humor en el lector.
      Entre los despectivos se encontró en las siguientes citas: “A ratos recordada la fama del malgenio que tenía el curón entre los chavales del pueblo” (Rodríguez, 2007, p. 45). “Cuando el perrazo, su amigo acudió a él con sus zalamerías y cariños, el pequeño le dijo: -¡Bribonazo!-Dijo Dikens- ; no es la más fuerte del establecimiento” (Rodríguez, 2007, p. 45). 
     Este cuento hace alusión precisamente a la vida del autor tiene muchos elementos biográficos que lo delatan, el mismo Hernán Cortés Manifiesta: “La literatura muestra casos que entre la relación entra la vida del autor y obra es especialmente estrecha o especialpmente rica. En algunos la obra se ha convertido en confesión de esa vida o metáfora de la existencia” (Rodríguez, 2011, p. 15).
     Toda esta riqueza creativa tiene su inicio en la niñez, su madre siendo una maestra sembró esa semillita de los cuentos de hadas, los cuales incidieron en su vida tan profundamente que terminó enamorándose de los cuentos, especialmente el de “Caperucita Roja”. De donde nace el cuento “Caperucito azul”, es un producto de sus sueños infantiles; de las marcas que dejaron en su mente y en su corazón sus primeros cuentos.
     El cuento “Caperucito Azul” me pareció  un buen libro para  muy importante, porque al leer, cualquiera se aleja de la realidad y se mete al mundo de la imaginación rompiendo los esquemas del tradicionalismo e  insertándose en el mundo de la creatividad.

RESUMEN DEL CUENTO DE CAPERUCITO AZUL


En una pequeña ciudad llamada Comillas, en un rincón junto al cantábrico, vivía un niño muy sociable y preguntón. Sus mejores amigos eran: el guardia civil, el sereno, el carpintero y un perro vagabundo, sucio y vulgar, pero que el niño le parecía el más hermoso perro del mundo.
Un día el profesor les contó a sus niños el cuento de “Caperucita Roja”. Uno de los niños preguntó, qué era una caperucita ; el maestro le explicó, que era una forma de decir caperuza pequeña. Además les dijo que caperuza era un saco con capuchón como aquel que  llevaba puesto el protagonista. Desde entonces todos sus amigos le llamaron Caperucito azul, al niño le pareció divertido por lo que no le molestaba en absoluto este nombre.
El cuento de “Caperucito Roja” desencadena en el niño una serie de interrogantes, para lo cual acude a sus amigos en busca de respuestas. Su amigo el Sereno, le hablaba como si los cuentos se hubieran extinguido en el presente. Caperucito muy preocupado, le pregunta a su padre si también ahora puede haber cuentos, y este le responde que los cuentos han desaparecido por el desarrollo tecnológico.El niño se niega a admitir lo que afirman los mayores, que los cuentos han perdido vigencia en el mundo actual.
Una noche mientras descansaba en su cama, se imaginaba el cuento que le había empezado a leer el sereno sobre Canción de Navidad; en su mente le parecía ver los espectros que caminaban en la habitación. No les tenía miedo, entre estos había un personaje singular, era Charles Dickens, se presentó con el niño y le invitó a un viaje por el pasado. Junto al ilustre personaje, recorrió la majestuosa ciudad de Londres, La cruz de Charing, El callejón de San Martín, Marshalsea, los lugares que habían sido su hogar de niño. Caperucito escuchaba maravillado de lo que había visto y escuchado de Dickens, luego en un abrir y cerrar de ojos estaban de nuevo en Comillas.
Durante días, Caperucito Azul hizo muchas reflexiones sobre lo que le había sucedido, de sus viajes nocturnos no podía contarle a su madre, tampoco a su padre, él era muy bueno, trabajaba mucho, pero era muy serio y no creía en los cuentos. A sus amigos tampoco podía contarles, ni a ramón, ni al guardia, peor al cura, aunque le habían prestado un libro de cuentos de los hermanos Grimm, no creía que se podía ir al pasado.
Le quedaba el maestro, él era muy bueno contando cuentos, además le había dicho que lea cuentos para que sea un hombre de provecho, pero cuando le contó que había viajado al pasado; le dijo que debió haber soñado. Pensó en la única posibilidad que le quedaba el sereno. Fue a verlo, diálogo con él, y cuando le preguntó si el pasado existía el sereno le respondió que no.
Llegó el invierno, y en esas tardes de lluvia, los pequeños comillanos al salir de la escuela, buscaban refugio bajo los portapapeles. Allí estaban reunidos todos. Alguien sugirió contar cuentos y solicitaron a Caperucito que contase, él lo hizo y todos quedaron emocionados. Desde entonces, comenzó a narrar cuentos. Algunos envidiosos pensaban que a ese niño le debe pasar algo muy extraño y hubo un rumor de que Caperucito había estado conversando con un personaje que ya había muerto hace mucho tiempo.
Una noche Caperucito  dormía plácidamente, cuando escuchó una voz que le llamaba por su nombre. Era Hans Cristian Andersen, el niño se emocionó y comenzó un diálogo muy ameno e interesante sobre algunas interrogantes que le inquietaban saber. El rumor de ameno e interesante sobre algunas interrogantes que le inquietaban saber. El rumor de que Caperucito había conversado con un personaje que ya había muerto se regó por todo el pueblo. El padre preocupado por todo lo que le había contado el niño sobre la visita de Andersen, decidió llevarlo al doctor. Todos sus amigos: el guardia, el carpintero, el cura, el sereno, el maestro, aún el  perro, se preocuparon por lo que pudiera decir el médico. Rápidamente acudieron a la casa  de Caperucito para ver lo que había pasado. Al regresar el padre les contó lo que el doctor había dicho: que el niño es muy inteligente, superdotado, con una imaginación increíble, que no había que qué preocuparse; pero, que por el momento era mejor que deje de narrar y leer cuentos. Eso causó en Caperucito una gran tristeza.
Un día había llegado al pueblo un hombre que vestía de manera extravagante y tenía una gran barba. Los niños que lo habían visto lo apodaron “el caballero loco” porque alguien le regalo un grillo en una lata y este agradecido le extendió un billete que al cambiarlo, le dieron 150 pesetas. Una tarde se aventuraron a espiar al forastero en el casal donde se hospedaba. Se ubicaron estratégicamente para ver salir al desconocido. En unos momentos, salió el extraño personaje y los niños huyeron despavoridos, menos Caperucito quien le saludo atento. Cruzaron algunas palabras, el niño pensó que se parecía mucho a Dikens, sólo que los de menos edad. El caballero, luego de hacerle unas preguntas se marchó.
Una tarde en la escuela el maestro les contestó a los niños que había llegado al pueblo de Comillas un escritor muy famoso que se encontraba de paso recogiendo historias para sus libros de cuentos, y que le había invitado para que le conociesen. El escritor cuyo nombre era Dr.Armin Herrmarchen no perdió la oportunidad para deleitarse con sus cuentos y responder sus preguntas. Quedó muy impresionado con Caperucito, le hizo llegar con Don Clementino una invitación a su residencia.
El sueño de Caperucito se había hecho realidad con la llegada de este personaje al pueblo. Encontró en Herrmarchen un amigo, que le devolvió la alegría, pensó inmediatamente que este personaje le creería sobre lo que había vivido. Después de salir de la escuela, tan rápido como pudo, caminó hacia el Casal donde se hospedaba el escritor. El niño al entrar al estudio observó un grillo; el Dr.Armin Herrmarchen le manifestó que precisamente en ese momento terminaba un cuento acerca de los grillos. A partir de ese momento terminaba un cuento acerca de ese grillo. A partir de ese momento parecían ya viejos amigos. Este hombre le confirmó que los cuentos existen, que él mismo ha dedicado su vida a dar cuentos acerca de ese grillo. A partir de ese momento parecían ya viejos amigos. Este  hombre le confirmó que los cuentos existían, que él mismo ha dedicado su vida a dar cuentos a las ciudades sin cuentos; que una mujer maravillosa llamada Selma Lagerlof Había dicho al mundo sueco que hay cuentos ahora , que todos necesitamos para que tenga sentido la vida de los seres humanos.
Caperucito Azul quedó convencido de que los cuentos nunca desparecerán y que estarán presentes en el mundo por siempre mientras exista el ser humano. El Dr. Armin impresionado por los dotes de inteligencia de caperucito le ayudó a conseguir beca para estudiar en Francia y conseguir su objetivo de hacerse escritor de cuentos.


jueves, 5 de junio de 2014

Criterios sobre Hernán Castelo.



“Su poder mayor, sin embargo, está en la investigación”: Alonso Rumazo González: “Una gran obra de investigación”.  “El Comercio”, Quito, 4 de julio de 1991.
 
“Hernán Rodríguez Castelo es quizá el escritor ecuatoriano más conocido dentro y fuera del país”: Sara Vanegas Coveña, Índice de la nueva narrativa ecuatoriana, Quito, Editora Nacional, 1992, p.526.
 
“Don Issac J. Barrera y  don Hernán Rodríguez Castelo, creadores  de nuestra historia de la literatura”.  Alejandro Carrión, Antología general de la poesía ecuatoriana durante la Colonia español, Quito, Banco de los Andes -Academia Ecuatoriana de la Lengua, 1992, P. 12

martes, 3 de junio de 2014

Reconocimientos a la obra de Castelo.

  • Candidato al Premio Nacional Eugenio Espejo en tres ocasiones.
  • Doctor Honoris Causa de la Universidad Central del Ecuador de Quito, 2012.
  • Candidato al Premio Miguel de Cervantes 2008.
  • Candidato de Ecuador al Premio Príncipe de Asturias 2007.
  • Condecoración “Aurelio Espinosa Pólit” otorgada por el Concejo Metropolitano de Quito, 2003.
  • Candidato ecuatoriano al premio Juan Rulfo, 1993.
  • Candidato ecuatoriano al premio Príncipe de Asturias, 1992.
  • Primer Premio en el Concurso de los 125 años del colegio “San Gabriel” con su obra Diarios del San Gabriel (1988).
  • Diploma del Centenario de la Academia Ecuatoriana por la labor cumplida a través de su Columna “Idioma y Estilo” (1975).
  • Única Medalla de Oro del Año Internacional del Libro, en Ecuador, por el “decisivo aporte a la difusión del libro y la cultura” de “Clásicos Ariel” (1973).
  • Condecoración al Mérito Educativo de Primera Clase por haber culminado la publicación de los cien volúmenes de la Biblioteca de Autores Ecuatorianos de Clásicos Ariel (1973).
  • Condecoración española de la Orden del Mérito Civil por sus trabajos en defensa de la Lengua. (1970).
  • Premio Internacional de Literatura Infantil “Doncel”, 1964.

Carrera profesional de Hernán Castelo.

En el año de 1959 se inicia como profesor de Literatura en el Colegio San Gabriel, funda varias academias literarias y es en este centro de estudios que surgen muchos personajes de la literatura ecuatoriana como el escritor y periodista Patricio Quevedo, Gonzalo Ortiz Crespo, Benjamín Ortiz, el poeta Federico Ponce, su hermano Javier Ponce poeta, Francisco Proaño, diplomático y escritor y muchos más.
Colabora con la Revista del Colegio San Gabriel con el seudónimo de “Tragicristiano”. Es en este tiempo que presenta la “Historia de cien años del Colegio San Gabriel”; escribe un texto de filosofía; es enviado a España para que estudie Teología y allí permanece hasta el año de 1965.
Es en España que logra relacionarse con el mundo intelectual y participa en la fundación de las revistas “La Estafeta literaria”, “Reseña”. A pedido de Carlos Robles Piquer inicia una campaña educativa a través de publicaciones como “Sal terrae”, “Educadores”, “Humanidades” y “Cuadernos Hispanoamericanos”.

Estudios académicos.

Realiza estudios primarios en la Escuela Espejo, los estudios secundarios los realiza en el Colegio Montúfar y culmina en el Colegio San Gabriel de la ciudad de Quito. Tempranamente demuestra muchos dotes en el campo de la literatura, gana concursos literarios y dirige periódicos; leía mucho y sobre todo de autores como Emilio Salgari, Émile Zola y Julio Verne. Sus padres procrearon cuatro hijos, además de Hernán, el mayor, Rodolfo, Edmundo y una mujer, la menor, Ruby. Hernán Rodríguez estudia entre 1951 y 1953 en el mayor centro de estudios clásicos de los jesuitas en América Latina bajo la dirección del Padre Aurelio Espinosa Pólit, S. J. continúa sus estudios de Literatura en el Instituto de Humanidades Clásicas y se gradúa con la presentación de la Tesis “El método de crítica y análisis literario del Padre Espinosa Pólit”. Entre 1956 y 1959 asiste a la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Quito; lo que significa su segunda Licenciatura.
Ha logrado los siguientes títulos académicos: Baccalaureatus en Teología y estudios de licenciatura y doctorado en Teología. Universidad de Comillas, España 1965; Licenciatura en Filosofía. Universidad Católica del Ecuador. (7 marzo 1959); Licenciatura en Humanidades Clásicas. Universidad Católica del Ecuador, 2 octubre 1956; Diploma por el curso “Evolución del pensamiento científico”, Universidad Central del Ecuador, 14 septiembre 1950.

INFLUENCIA LITERARIA.

Su formación se inicia desde la adolescencia con la avidez de lectura de diferentes tópicos, más tarde los estudios de filosofía y teología, le permiten entrar en su segunda vertiente de producción y las lecturas en este tiempo tiene como finalidad crear una crítica en el campo de la literatura y una de sus obras se titula “Antología de la Poesía Ecuatoriana del siglo XX”; sigue luego “Historia General y Crítica de la Literatura Ecuatoriana” en seis volúmenes; luego “Literatura Precolombiana siglos XVI y XVII”; “Literatura de la Audiencia de Quito siglo XVII” y finalmente “Literatura Ecuatoriana 1830-1980” lo cual le convierte en una verdadera autoridad en el campo de la literatura; Condecoración “Aurelio Espinosa Pólit” otorgada por el Concejo Metropolitano de Quito, para distinguir una trayectoria de “ensayista, lingüista, crítico literario y de arte, personaje que reúne todas las características del humanista clásico”, 2003. Méritos que le hacen acreedor por parte de la Universidad Central del Ecuador para que se le confiera el título de “Doctor Honoris Causa” en el año de 2012 de manos del Rector y médico Dr. Edgar Samaniego Rojas.